Cultura, ética y compromiso en proyectos
Estaríamos equivocados si pensáramos que los proyectos se realizan a pesar de la cultura de las organizaciones. En cambio, se realizan y logran con su cultura.
Una de las principales razones de la insatisfacción en la expectativa de los Clientes y por ende, de los patrocinadores es que los líderes de proyectos no estén instruidos en los flujos de trabajo propios de las todas las organizaciones funcionales que participan y que por el contrario, esperen la alineación incondicional al proyecto de parte de las mismas cuando se requiera su apoyo con recursos por demanda.
Es importante comprender la cultura de las entidades participantes en el proyecto y lo es más, conocer los valores sobre los cuales dichas entidades fundamentan su cultura. Porque es sobre estos valores, que las organizaciones encuentran su capacidad para el mejor desempeño en la ejecución de los procesos operativos.
Entre los valores más importantes de las organizaciones están los valores éticos. La criticidad del ejercicio de la ética en las organizaciones reside en la comunión entre los objetivos de los empleados y los objetivos de la organización y es más importante que el ingreso mismo.
El compromiso a largo plazo de los empleados se logra cuando estos comulgan con la ética de la organización y que esta no se asegure de esto es como pretender que un pacifista realice una carrera exitosa en una fábrica de armas, aunque su ingreso esté por encima de la media. Tarde o temprano se profundizará la insatisfacción de ese empleado. En los proyectos es crítico iniciar con esto resuelto porque, por su naturaleza temporal, cualquier impacto negativo en el compromiso de los miembros del equipo o de los interesados en el proyecto provocará desviaciones y la mejor manera de controlarlas es tratarlas durante la implementación de un proceso en el modelo de gobierno que las anticipe desde el principio.